Poema: Idilio Eterno
Julio Flórez Roa (1867–1923 ) Ruge el mar, y se encrespa y se agiganta; la luna, ave de luz, prepara el vuelo y en el momento en que la faz levanta, da un beso al mar, y se remonta al cielo. Y aquel monstruo indomable, que respira tempestades, y sube y baja y crece, al sentir aquel ósculo, suspira... y en su cárcel de rocas... se estremece Hace siglos de siglos que, de lejos tiemblan de amor en noches estivales; ella le da sus límpidos reflejos, él le ofrece sus perlas y corales. Con orgullo se expresan sus amores estos viejos amantes afligidos; Ella le dice «¡te amo!» en sus fulgores, y él responde «¡te adoro!» en sus rugidos.